sábado, 3 de diciembre de 2011

Hoy aprendí

Hoy, aprendí que la belleza de este mundo es tan invisible que solo nos pecatamos de ella cuando ligeramente se nos va. Hoy me dí cuenta de que no todo es como pensamos, que en cualquier momento la vida se anula. Hoy entendí porque tantas veces que quise acabar con mi vida no pude... porque la vida no se denosta, no se flagela, no se fustiga, no se castiga. La vida se aprovecha, se localiza, no se entrega al primer postor, si no que se valora cuanto más se pueda, hasta reventar de risa o de llanto, hasta sentir en tu pecho que haz logrado más de lo que pudiste anhelar, hasta mirar al cielo y esbozar una sonrisa de satisfacción por comprender al fin que todo tiene su propósito, que nada es al azar, que las personas, los amigos, los conocidos, la familia, los amores que pasan por tu historia son complementos para seguir escribiendo lo que se inicia de manera exacta, de tal manera que al mirar a tu al rededor te das cuenta que cada paso que das, cada acto que realizas afecta directa o indirectamente a todos quienes te rodean, sean buenos o malos, en solitario o compartidos... Siempre pensé que la vida se trataba de nacer, crecer, casarse, tener hijos, vivir la vejez y morir. Hoy me dí cuenta que no, la vida no es un esquema escrito antiguamente por otros, no es un bosquejo de direcciones exactas. La vida es un cuadernillo en el cual anotas, publicas, arrancas las hojas, las vuelves a re escribir, te entretienes, lloras, te equivocas, te caes, te paras y te vuelves a caer... con la diferencia que en cada caída, aprendes la trayectoria y ya te haces un poco mas conocedor de tus anotaciones...

Hoy aprendí que la belleza del mundo no es invisible... Si no que al ver una sonrisa, al recibir un" gracias", al ayudar, al recordar y entregar, la belleza de este mundo se va hilando y trazando como una gran y linda historia sin final.

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